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Olvídame
No
volveré a mirarme
en
el mar de tus ojos;
no
te buscaré como un loco
cada
vez que desaparezcas.
Seré
como una dura piedra
que
se aisla del sol y del viento,
seré
peñasco de aguda cresta
que
se recorta con vértigo.
Nada
que me recuerde tu cuerpo
hará
mella en mis sentimientos,
borraré
de mi memoria
tus falsas promesas
y
tus fingidos besos.
Y
si algún día te encuentro,
pasaré
por tu lado
como
un simple extraño,
sin
esperar ningún consuelo.
Se
acabó la desesperación
que
corroía mi cuerpo
se
terminaron tantos años
de
continuo sufrimiento.
Comenzaré
un edificio nuevo,
donde
mi vida se libere,
donde
no esté prisionero
de
tus caprichos superfluos.
No
quiero quemar mis años
como
un leño ardiendo;
todavía
puedo vivir un sueño
que
entierre la pesadilla
que
tanto mal me ha hecho.
San
Juan 24 de Agosto de 2018
Jesús
Gandía Núñez
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