Relajación in crescendo

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Relajación in crescendo

Suave brisa marina

que te invita a bajar a la playa;

colocas la sombrilla

cerca del agua

(error grave que pagarás esta mañana)

¡Qué encanto el sonido de las olas!
¡Qué maravilla los barcos de vela,
los jóvenes remando,
y surfistas a la deriva!

Son las 11 y media
y todo evoluciona;
niños a derecha e izquierda,
gente que coloca tan cerca
su toalla y su sombrilla
que su aceite solar
lo pasa por mi barbilla;

padre e hijo con las palas
jugando a tocar las pelotas.

La abuela que toca arrebato
cuando abre la fiambrera,
con su exquisita olor
a pisto morcilla y cebolla.

Me salpican de arena
¡No pasa nada!
son los nietos de la abuela
y su guerrilla de campaña;

jóvenes con el móvil en la mano
y música a toda pasta
de la más rapera.

Con qué intensidad disfruto
de esta mañana playera.

Me imbuyo en el sonido
de una gran obra en primera línea;
y consigo evadirme
del jolgorio playero y su fiesta.

Qué delicia el martillo neumático,
qué gloria el gruñir de la grúa,
qué trio forman
tan armonioso y sonoro
con los camiones descargando
los hierros del encofrado de la obra;

una función completa
que conecta el espíritu sensiblero
con la ira más furibunda.

Recojo mis trastos,
y con la satisfacción del asceta,
me propongo volver mañana
a fustigarme con dignidad humana.

San Juan 17 de Agosto de 2018
Jesús Gandía Núñez

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