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EL NIÑO ENAMORADO DE SU VECINA
Nuestra vecina Rosa solía
decirle a mi madre: “Mira que es complicado esto del amor”. La pobre no había
tenido suerte en la vida. Hasta tres novios habían pasado por ella y de todos
se separó. Para mí, Rosa era muy guapa y me tenía enamorado. Era buena persona,
pero eso sí, quería que la respetaran. En fin, yo era un niño un poco cotilla,
pero aquello no lo comprendía muy bien.
Estando a solas con mi madre le
pregunté:
“Mamá ¿Por qué se queja tanto Rosa de su mala suerte?
“Tú aún no lo comprendes hijo
porque eres muy joven; mira, a lo que se refiere Rosa, es a lo difícil que es
encontrar la pareja que sea para ti al 100 % perfecta”.
“Pues a mi Rosa me parece que
sí lo es”.
“Claro a ti te puede parecer
perfecta, pero a quien le tiene que resultar ideal tiene que ser a su pareja y
eso tras la convivencia diaria no es nada fácil”.
La reflexión que me hizo mi
madre se me quedó en la cabeza. Y aún no habían pasado 3 meses, cuando Rosa
empezó a llegar al portal de casa acompañada por Manolo, su nuevo novio, del
que tuve unos celos terribles. Me lo crucé un par de veces sin atreverme a
decirle nada, pero, en vista de que el noviazgo seguía, a la tercera vez no me
conformé con saludarlo, sino que me atreví y le dije por sorpresa: “¿Estás
convencido de que Rosa es al 100% la novia de tu vida?” El me miró, con el
pánico de quien no espera que lo apedreen por la escalera, y contestó: “¡Y a ti
que te importa¡”.
Como es natural, a un chiquillo
con 13 años, y enamorado de Rosa, no lo iba a tumbar un desconocido que solo la
conocía unos pocos días. Y seguí en mi insistencia: “Vamos a ver, pues claro
que me importa y mucho, porque cuando yo sea mayor será mi novia”.
Manolo, hombre ya cerca de la
cincuentena, se echó a reír a carcajadas y me tomó a broma diciéndome: “Mira
chaval a veces nos tenemos que conformar con menos del 100% ¿Sabes? El amor no
tiene medida exacta, como tienen las horas o la distancia. El amor es un
cómputo de emociones que suelen cambiar según las circunstancias y aunque,
ahora para Rosa yo sea su ideal pareja, nadie puede asegurar, durante cuánto
tiempo pensará de esa manera”.
Y después con una amable
sonrisa acabó con mi sueño con un ejemplo: “Imagínate Luis, que dentro de 10
años a Rosa le parece que eres tú su pareja perfecta, pero ella ya tendrá 55
años ¿Estás seguro de que seguirás pensando que es tu amor al 100%?”
Yo bajé la cabeza, perdí todo
el ímpetu que tenía y desaparecí a la carrera escaleras arriba.
Ahora, que han pasado esos 10
años y tengo novia, veo tan mayor a Rosa, con la que se casó Manolo, que tengo
que darle la razón, al recordar que el amor no se mide como las matemáticas.
21-02-2020
Jesús Gandía Núñez
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