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LA TARDE ALARGÓ MI SOMBRA
Una sombra que el sol enmarca
intentando darle vida corta.
Una sombra que no deja huella,
que ni siquiera araña la tierra.
Quizás ella sea lo que siento,
ese alma que guía mi existencia,
esa conciencia que tanto pesa,
o el juez que dictará mi sentencia.
Siempre mi sombra de compañera,
puede que incluso cuando ya no la vea;
será testigo de lujo, de mis errores,
de los momentos amables, convidada de piedra.
En mi sombra llevo mis recuerdos,
casi siempre deambulando sola,
enlazando conductos del cerebro
que a veces son laberintos de locura.
Pero hoy se muestra majestuosa y clara,
y si mi mano no la alcanza,
me sugiere, que puede ser de importancia
algo que ni tiene cuerpo ni aroma ni cara.
Elda 6 Febrero 2020
Jesús Gandía Núñez
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