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TODA MI IGNORANCIA
Me enamoré de la poesía con
Antonio Machado,
su largo periplo por París, Soria,
Baeza y Segovia
le hicieron ser transmisor de lujo de
paisajes y campos.
la muerte de Leonor, escribir
sus mejores poesías;
y a mi me dejaron hechizado sus
loables trabajos.
Llegó a mis manos Miguel
Hernández
y con él el desenfreno, la
locura poética;
su fuerza, su desgarro y su rebeldía
se han quedado crónicos en mi aprendizaje.
Federico García Lorca me
introdujo en el callejeo,
en el romancero y en
situaciones chulescas,
donde muchas veces aparece la
tragedia.
Luego llegaron, Alberti y
Neruda
soñadores comprometidos de gran
valía.
A León Felipe, hasta entonces
lo desconocía,
llamó a mi puerta, en un
recital de San Francisco;
y fue como el agua bendita;
me di cuenta de mi ignorancia
poética.
Más tarde, gozaron mis ojos, de Benedetti y Pedro Salinas
y algunos poetas más que no
quedaron en mi memoria.
Pero tan solo ése, es el pobre
bagaje lírico
que atesoro en mi corta trayectoria.
Mucho me queda por aprender de
estos genios
y no dudo que lo conseguiré leyendo.
Así que os dejo, porque para
pillarlos,
aún me queda mucho trecho... y poco tiempo.
Elda 24 Febrero 2020
Jesús Gandía Núñez
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