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lunes, 3 de febrero de 2020

UN ABUELO OPTIMISTA




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UN ABUELO OPTIMISTA

Jadeaba un hombre viejo
quejándose de sus males,
pues parecía que no tenían remedio.
En ese mismo banco otro anciano,
le daba continuos ánimos;
le decía que “ él era feliz
porque tenía muchos invitados”.
Pero el primero no cesaba en su tristeza,
que no era otra, que tenía muchos años.
El anciano optimista le hizo un recuento
de todo lo que atesoraba en su cuerpo.
“Mira compañero todo lo que yo poseo:
tengo una encantadora artrosis en ambas manos,
que me sonríe crujiendo cada vez que hago fuerza;
un novedoso túnel carpiano en las dos muñecas
que aunque me quite el pijama y me vista no se despiertan;
un hombro dislocado que me avisó por anticipado
que no jugara más al tenis ni se me ocurriera ejercitarlo,
un dedo bloqueado que está tieso en la mano izquierda,
y otro, que envidioso, se quedó como una estatua en la derecha;
un amable pinzamiento entre las lumbares quinta y sexta,
que me llama la atención cuando con la azada muevo la tierra;
una estenosis de canal afincada en mi espalda,
que aunque está intervenida, es un despertador cada mañana;
también el sol le regaló a mi piel una dermatosis actínica,
que me permite salir a la calle disfrazado con gorra y gafas;
además, estas Navidades Papá Noel me trajo cadera nueva
con la que he hecho buena amistad sin apenas conocerla;
y lo único que me tiene con alguna duda y en vilo,
es un espontáneo que se instaló bajo mi ombligo
entre el pubis y mi ingle derecha.
Pero ya ves amigo teniendo tantos invitados a mi mesa
ya casi nada me preocupa,
solo deseo, que la alegría conseguida, sea muy duradera
a pesar, de que ciertos invitados, siempre dan faena.
¡Así que anímate que pronto vendrá la primavera!”

Elda 3 Febrero 2020
Jesús Gandía Núñez

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