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ARMONÍA EN EL CEMENTERIO
Hoy ya había movida en los cementerios,
y me he acercado a ver lo que se cocía.
Nada más entrar por la puerta,
a pesar de que no era la hora de la siesta,
me he cruzado en la rotonda
con dos almas gemelas,
y digo gemelas porque eran dos calaveras,
que iban cogidas de la mano,
sin atuendo que las identificara, ni mascarilla.
No os podéis imaginar la envidia
que me ha causado esa libertad absoluta,
cuando a los vivos nos tienen prohibido
desde los abrazos hasta a sentarnos cerca.
Todavía no se escuchan llantos,
porque la mayoría se los guardan
para el día de todos los Santos,
que esa si que es jornada de pena.
Pero ya hay un trasiego de jarrones y flores
y curiosos que recorren los pasillos
sin dejar de echarle improperios
a la lápida de un rácano conocido.
Tras los mármoles de los finados,
no hay peligro de pandemia
porque la mayoría ya pasaron el Covid
o tienen un certificado de defunción
que sirve para aterrizar donde ellos quieran.
Aquí en el cementerio todo es armonía
y no se oye una palabra más alta que otra,
parece que tienen el futuro asegurado
y a ninguno se le oyen quejas.
Deberíamos tomar buena nota
y aplicarnos esa norma,
sin tener que esperar
a ser un calavera.
Elda 9 Octubre 2021- Jesús Gandía Núñez
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