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EL
MAGO INTRÉPIDO
En
mi mundo de fantasía, me convertí en una nube negra,
con
la intención de repartir por todo el planeta el agua de lluvia.
Viendo
lo difícil que podía resultar para una sola nube tal osadía,
sugerí
a mis nubes hermanas que a mi propósito se unieran.
Y
aunque en un primer momento estuvieron de acuerdo la mayoría,
en
cuanto se les adjudicó a cada una su territorio de lluvia,
hubo
muchas desertoras más las que se escaqueaban,
unas
por pereza y las otras por recreo.
Una
vez comprobado que las buenas intenciones tienen poco eco,
recojo
el señuelo de mi inicial objetivo y lo reparto como puedo.
Formo
borrascas con la infantería que me queda,
al
ser esta tan escasa, quedan estériles desiertos de arena,
y
no veo más remedio, para solucionar este problema
que
desencadenar danas incontroladas que más que humedecer arrasan y dañan.
Visto
el trágico resultado, termino aceptando que este conflicto
no
es papeleta para un torpe mago jubilado,
sino
que lo deben resolver con imaginación,
los
científicos humanos y a ellos cedo el honor de abordarlo
Elda
16 Octubre 2021
Jesús
Gandía Núñez
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