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CON CALMA
He
vuelto a encontrar el silencio en la montaña,
el
pasear pausado y sin prisas entre los pinos,
el
poder elegir el sendero que me apetezca,
sabiendo
que más disfrutaré cuanto más dure el camino.
Solamente
el graznido de un grajo desde los roquedos,
un
lindo, pero tímido canto de pajarillos,
una
bandada de perdices asustadizas
y
de tarde en tarde y a lo lejos el sonido del AVE
que
se cuela por el túnel, entre Barrancás y Camara.
Nadie
en el sendero, solo con mi acompañante,
imbuidos
en una conversación placentera,
solazándonos,
al ver como se disipa la niebla,
y
distantes, varias columnas de humo
que
brotan de las chimeneas de las casas de campo.
Llegan
las cuestas empinadas y las dudas,
pero
nada hay que nos detenga,
serpentea
la senda cada vez más empinada,
pero
la serenidad y la calma, nos llevan hasta la cima.
Ahora
sí que el paisaje nos premia,
la
respiración se relaja, ante tanta belleza,
y
el corazón se inflama de alegría
al
ver que recuperé de nuevo la esperanza.
Elda
28 Octubre 2021
Jesús
Gandía Núñez
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