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UN
JUGUETE MÁGICO
Quien
podía predecir que un juguete, como el dron,
fuera
de tanta utilidad, para investigar las erupciones.
Jamás
se pudo volar, sobre un volcán en activo
para
comprobar las mediciones necesarias,
hasta
que llegó el juguete perfecto, ligero y atrevido,
que
se pasea, altivo, alrededor del cono volcánico.
El
dron aporta a los científicos información detallada,
y de fácil recarga, que al instante se visualizan sus datos.
Habría
que replantearse el merecimiento de estos aparatos,
que
con tan poco costo, tantos datos nos aportan.
Es
posible que nos creen problemas de tráfico,
porque
en cuanto el aire se llene de drones,
sin
semáforos que los regulen, puede ser una hecatombe,
y
habrá que reinventar un nuevo código para el espacio.
Pero
desde estas letras, solicito para el dron un aplauso,
y
para sus creadores todo el reconocimiento que se merecen.
Primero
fue Níkola Tesla quien en 1898 patentó
algo parecido
y
después, en 2009, la empresa 3D Robotics
con
Jordi Muñoz y su socio Chris Anderson
quienes
le dieron al final el impulso adecuado.
Elda
29 Octubre 2021
Jesús
Gandía Núñez
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