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miércoles, 31 de enero de 2018

El sol y la nube

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El sol y la nube

Soplaba el viento con suave brisa
meciendo una nube con alegría.
y el sol se enfurruñaba
cuando sus rayos interrumpía.

¡Quita nube de mi camino,
no ves que haces sombra!

La alegre nube se disculpaba con sorna
¡Qué culpa tengo yo
 si es el viento quien me empuja!

Y el autoritario sol hizo un intento
de atravesarla con su energía.

La nube se reía  del sol y le decía:
¡Tus rayos sólo  me hacen cosquillas!

El sol enfadado y taciturno
se puso explosivo y rojo
y lanzó contra la nube
sus rayos más peligrosos.

Cuando la nube sintió el quemazón
huyó desesperada hasta un rincón
donde creía que no haría sombra.

Pero el sol seguía molesto
porque siempre lo interrumpía
y siguió cascando con sus rayos
hasta que la solitaria nube
 desapareció ardiendo como una tea.

Moraleja

Si sabes que molestas, no te rías,
y antes de que te zurran,
busca digna salida.

Elda 31 de Enero de 2018
Jesús Gandía Núñez

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El abuelo y el espejo

382


El abuelo y el espejo

¡Caray cuántas canas!
¡Cielos qué abuelo más  viejo!
No me gusta nada
 lo que veo en este espejo.

¿Y esas manchas en la cara?
¿Y esas arrugas
que parecen tierra labrada?

¿Y esa caspa en mi chaqueta?
¿Y esa joroba en mi espalda?
¡Que me cambien ese viejo espejo
por otro que sea fiel reflejo!

Bastantes años tengo yo
para que me rodeen de espejos viejos.
Quiero un espejo que no envejezca
quiero un espejo
donde me vea espléndido.

No resisto ver
 esas flácidas piernas
ni esa barriga que asoma.
ni esa manos temblorosas.

Si yo era guapo y esbelto,
si mi cuerpo era un deseo,
por qué este espejo
se ríe de mi aspecto.

Traedme otro espejo
que haga justicia,
que no me deprima
ni aumente mi pena.

En la triste habitación,
se escucha la voz lastimera,
de su querida nieta:

¡Cambiaremos el viejo espejo!
¡Y pondremos una gran foto
de cuando eras joven abuelo!

Elda 31 de Enero de 2018
Jesús Gandía  Núñez 

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Por la ventana abierta

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Por la ventana abierta

Se ven sábanas de inmaculada seda,
se huele fragancia “de Cleopatra”
noche calurosa y apasionada,
cuerpos entregados a la lujuria
que entre cautivos abrazos
pierden la compostura.

Una mirada tierna
un profundo respiro
y unas manos que acarician
son miel suficiente
para tan sabrosa colmena.

Unos besos atropellados,
un te quiero con los ojos,
y unas piernas que se rozan;

son el inicio de una danza,
son el preludio atropellado
de una noche de amor agitada.

No hay palabras, sólo gemidos,
los cuerpos son los que hablan,
a un frenético ritmo
mientras las manos resbalan.

Llega la madrugada
y los dos cuerpos,
tras su pasión desbocada,
quedan extenuados e inertes,
y se refugian entrelazados
en un sueño de magia .

Por la ventana abierta
se cuela una estrella envidiosa
y se lleva con ella al mozo
que cosecha miel tan sabrosa.

Quédase la moza sóla
sin volver a probar la miel
que aquella noche, por descuido,
se llevó una estrella envidiosa.

Moraleja

Cuando encuentres una colmena
guárdala con siete llaves
y nunca dejes la ventana abierta.

Elda 30 de Enero de 2018
Jesús Gandía Núñez 

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¡Qué gozada!

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La imagen puede contener: cielo, nubes, océano, exterior, naturaleza y agua

¡Qué gozada!

Sí, una gozada contemplar
el ocaso del sol cada día;
¡cómo se tiñen las nubes

de rojo y lila.

Otras veces las atraviesa
como a una ventana
con cortinas.

Las nubes se resisten,
pero el sol las ilumina
como si fueran
agua cristalina.

Fin de otro día
de nuestra vida;
¡cambio de farola!
ahora será la luna
la encargada de dar luz
a nuestra historia.

Serán las estrellas
las que marquen el camino;
la audacia y el buen sentido,
la brújula, para encontrar
el destino más querido.

Qué gozada de crepúsculo
qué serenidad de ocaso.
Esta noche cuando duerma
soñaré de nuevo contigo
señor de las tinieblas.

Elda 29 de Enero de 2018
Jesús Gandía Núñez


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lunes, 29 de enero de 2018

A mi madre


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A mi madre

Cuando necesité una caricia
allí estaba ella y me la ofrecía,
cuando el miedo me atenazaba,
ella me daba valor y templanza.

Si me sumía en largas pesadillas
era mi madre quien acudía,
cuando necesité un abrazo o un beso
me apretó con fuerza contra su pecho
y mil besos me repartía.

A un padre se le quiere…
pero a una madre se la venera.

Cuantas noches en vela madre,
cuanto sufrimiento en tu vida.
Siempre olvidándote de tu cuerpo
siempre pendiente de tus hijos.

Seguiste penando,
cuando marchamos de casa;
entonces tu tristeza
se hizo infinita.

A un padre se le quiere…
a una madre se la venera.

Fue tanto tu derroche madre,
fue tan grande tu desgaste,
 tantas lágrimas
 de tus ojos brotaron,
que se secó tu mente
y se quedó para siempre en blanco.

A un padre se le quiere madre…
pero tú, sin duda,
 serás siempre la más querida.
Porque el amor de una madre es tan grande
¡Que no tiene medida!

Elda 29 de Enero de 2018
Jesús Gandía Núñez


jueves, 25 de enero de 2018

Al pié de Bolón

                                               
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                                               Al pié  de Bolón

El Bolón enigmático,
con su cruz de hierro,
acoge en sus brazos
a todos los pueblos del valle.


Desde allí arriba planean
los últimos rayos de sol
que nos calientan.
Desde allí arriba
luce el valle
en toda su belleza


Hay que descubrir sus cuevas
hay que pisar sus roquedos
hay que visitar el Trinitario
misterioso y hechicero
y conocer los secretos
que guarda con tanto esmero.

Elda 25 de Enero de 2018-Jesús Gandía Núñez

Volver a sentir

377


Volver a sentir

Las exquisiteces de la vida:
 el aire que respiramos,
el sol que nos calienta,
la familia que nos cuida,
los amigos que no te olvidan,
las montañas que nos protegen,
los jardines de mi villa,
las gentes que van y vienen,
el niño que se columpia,
la madre que no lo pierde de vista,
la señora que va a la compra,
el abuelito que se retira,
la moza que se cantonea,
el jovenzuelo que de reojo la mira,
el vendedor de periódicos,
el churrero de la esquina,
el afilador de cuchillos
con el silbato que avisa,
el albañil que piropea,
el ladrido de un perro
y hasta la vecina cotilla y pesada
que siempre quiere saber lo que pasa.

Todo eso… es vida
que no se nos escape a la vista.


Elda 25 de Enero de 2018
Jesús Gandía Núñez

miércoles, 24 de enero de 2018

Noche de orgía

376



376

 Noche de orgía

Contar esta historia me ruboriza,
porque la escuché tras un banco del paseo
oculta tras un seto verde,
sin saber quiénes eran las protagonistas.

 No serían damas de alto copete,
por las carcajadas que se oían,
mientras una comentaba
una historia algo indecente.

 Su relato fue el siguiente:
“Que Tierra de joven era novia de Lucero,
pero de quien estaba de verdad enamorada
era de la Luna, novia del Sol
que a su vez estaba coladito por la Tierra.

Dadas las circunstancias
solían salir los cuatro en grupo
Sol, Tierra, Lucero y Luna
y aunque, cuando estaban juntos disimulaban,
las miradas de las parejas se cruzaban azoradas.

La noche de los enamorados
llegaron juntos a un reservado;
tras dos copas de elixir sabroso
se calentó tanto el volcán
 que pronto empezó a vomitar lava;

se quedó Lucero sin saber que ocurría,
la Tierra se apretaba contra la Luna
y el Sol se agarraba a la Tierra.

Sintiéndose Lucero cornudo y descabezado
amenazó con abandonar el escenario;
pero fue entonces cuando cada tecla
encajó en su piano;
y los cuatro tocaron juntos
la sinfonía más bella”

Preguntó la interlocutora
¿Y qué pasó luego?
Y la otra siguió su relato:
“Pues a la Tierra se le abrió aquel día el universo
y cabalgó, hasta que amaneció, a la Luna;
mientras el Sol…
le calentaba el otro hemisferio a la Tierra”

Y volvió a preguntar la cotilla
¿y a todo esto qué hacía el Lucero?
Respondiéndole ella:
«¡Hay Lucero, Lucero!
menuda sabandija,
pues que le dio brillo a la Tierra,
iluminó la cara oscura de la Luna
y tomó al Sol por donde más le dolía.

Y desde entonces
los cuatro duermen juntos...
bajo un manto de estrellas»

Elda 24 de Enero de 2018

Jesús Gandía Núñez 


Pasemos página

375



Pasemos página

No hay nada mejor 
para olvidar un mal trago
que pasar la página emborronada
y dejarse de más comentarios.


Cantas más vueltas le demos al tema
más heridos en la contienda.

Y si nuestro lema es el amor a las letras
procuremos que no hieran.

Os ruego compañeros
Que cerremos el capítulo de las controversias
Y nos dediquemos a crear eventos
Que den vida a nuestra esencia.

Elda 23 de Enero de 2018
Jesús Gandía Núñez

Cae la tarde


374





Cae la tarde

Cae la tarde sobre los almendros
después de dar calor a sus ramas;
pronto lucirán sus bellas flores
y parecerán novias ataviadas .

Ha sido duro el invierno,
más bien por mi letargo
que por las heladas,
pero ahora toca recibir
con la mejor cara
                                     al sol en todo su descaro.

Basta ya de sombras y tinieblas,
que sólo palidecen las almas.
Ha llegado un emisario
avisando que tras el viene…
la dulce primavera.

Luzcamos nuestras mejores prendas
seamos complacientes y tiernos
que ya pasó lo más grave
que prometía este invierno.

Oigo sonar las campanas
no sé si será el preludio de la primavera
quien está armando
semejante algarada.

Pero ese sonido me recuerda
placeres de fiesta.
Salgamos a la calle,
qe suenen timbales y trompetas,
antes… que la tarde se pierda.

Elda 23 de Enero de 2018
Jesús Gandía Núñez

La veleta del destino


373



La veleta del destino

Sigue la vida
los caprichos del destino;
y aunque resistimos
con heroicidad
el calor y el frío,
hay una fuerza misteriosa
que nos aboca
al borde del abismo.

Los días benignos
podemos regresar al camino,
pero otros días el destino
nos precipita irremisiblemente
a las profundidades del precipicio.

Es una constante lucha
en la que no sabemos
el nivel de nuestra fuerza
para cambiar el rumbo de la veleta.

¿Serán los astros
los que nos manejan
y juegan con nosotros
en un vaivén
igual que con las mareas?

O es al contrario;
son la comodidad y la torpeza
las que acaban dando el mando
a la retorcida fuerza
 que de la debilidad humana se aprovecha.

Elda 22 de Enero de 2018
Jesús Gandía Núñez 

domingo, 21 de enero de 2018

La vida es un soplo

   372




                                                            La vida es un soplo

Hoy se atropellan mis pensamientos,
dan vueltas por mi cabeza
como en un laberinto,
no puedo comprender
que la vida penda de un hilo.

Se nos van las personas más queridas
cuando menos te lo esperas
y  en esos momentos de locura
                                      apretamos los puños con ira
y clamamos al cielo justicia.

Voy haciendo balance
del cariño perdido
y son tantas las lágrimas
que agrietaron mis mejillas
que en mis ojos florecen espinas.

Por cada surco de mi cara
 una persona se quedó en el camino,
por cada arruga de mi frente
hubo un amigo perdido;
y fué envejeciendo mi piel
con tanto cariño en el olvido.


Siento necesidad de dar un grito
¡Basta ya de sufrimiento!
si la vida no tiene precio
¿para qué tanto esfuerzo?

                                    Vivamos tan sólo con lo puesto
 y gocemos cada momento con los nuestros.

                                  Sta.  Eulalia 21 de Enero de 2018
                                            Jesús Gandía Núñez