Por la ventana
abierta
Se ven sábanas de inmaculada seda,
se huele fragancia “de Cleopatra”
noche calurosa y apasionada,
cuerpos entregados a la lujuria
que entre cautivos abrazos
pierden la compostura.
Una mirada tierna
un profundo respiro
y unas manos que acarician
son miel suficiente
para tan sabrosa colmena.
Unos besos atropellados,
un te quiero con los ojos,
y unas piernas que se rozan;
son el inicio de una danza,
son el preludio atropellado
de una noche de amor agitada.
No hay palabras, sólo gemidos,
los cuerpos son los que hablan,
a un frenético ritmo
mientras las manos resbalan.
Llega la madrugada
y los dos cuerpos,
tras su pasión desbocada,
quedan extenuados e inertes,
y se refugian entrelazados
en un sueño de magia .
Por la ventana abierta
se cuela una estrella envidiosa
y se lleva con ella al mozo
que cosecha miel tan sabrosa.
Quédase la moza sóla
sin volver a probar la miel
que aquella noche, por descuido,
se llevó una estrella envidiosa.
Moraleja
Cuando encuentres una colmena
guárdala con siete llaves
y nunca dejes la ventana abierta.
Elda 30 de Enero de 2018
Jesús Gandía Núñez
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.
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