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Noche de orgía
Contar esta historia me ruboriza,
porque la escuché tras un banco del paseo
oculta tras un seto verde,
sin saber quiénes eran las protagonistas.
No serían damas de alto copete,
por las carcajadas que se oían,
mientras una comentaba
una historia algo indecente.
Su relato fue el siguiente:
“Que Tierra de joven era novia de Lucero,
pero de quien estaba de verdad enamorada
era de la Luna, novia del Sol
que a su vez estaba coladito por la Tierra.
Dadas las circunstancias
solían salir los cuatro en grupo
Sol, Tierra, Lucero y Luna
y aunque, cuando estaban juntos disimulaban,
las miradas de las parejas se cruzaban azoradas.
La noche de los enamorados
llegaron juntos a un reservado;
tras dos copas de elixir sabroso
se calentó tanto el volcán
que pronto empezó a vomitar lava;
se quedó Lucero sin saber que ocurría,
la Tierra se apretaba contra la Luna
y el Sol se agarraba a la Tierra.
Sintiéndose Lucero cornudo y descabezado
amenazó con abandonar el escenario;
pero fue entonces cuando cada tecla
encajó en su piano;
y los cuatro tocaron juntos
la sinfonía más bella”
Preguntó la interlocutora
¿Y qué pasó luego?
Y la otra siguió su relato:
“Pues a la Tierra se le abrió aquel día el universo
y cabalgó, hasta que amaneció, a la Luna;
mientras el Sol…
le calentaba el otro hemisferio a la Tierra”
Y volvió a preguntar la cotilla
¿y a todo esto qué hacía el Lucero?
Respondiéndole ella:
«¡Hay Lucero, Lucero!
menuda sabandija,
iluminó la cara oscura de la Luna
y tomó al Sol por donde más le dolía.
Y desde entonces
los cuatro duermen juntos...
bajo un manto de estrellas»
bajo un manto de estrellas»
Elda 24 de Enero de 2018
Jesús Gandía Núñez
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