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lunes, 29 de enero de 2018

A mi madre


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A mi madre

Cuando necesité una caricia
allí estaba ella y me la ofrecía,
cuando el miedo me atenazaba,
ella me daba valor y templanza.

Si me sumía en largas pesadillas
era mi madre quien acudía,
cuando necesité un abrazo o un beso
me apretó con fuerza contra su pecho
y mil besos me repartía.

A un padre se le quiere…
pero a una madre se la venera.

Cuantas noches en vela madre,
cuanto sufrimiento en tu vida.
Siempre olvidándote de tu cuerpo
siempre pendiente de tus hijos.

Seguiste penando,
cuando marchamos de casa;
entonces tu tristeza
se hizo infinita.

A un padre se le quiere…
a una madre se la venera.

Fue tanto tu derroche madre,
fue tan grande tu desgaste,
 tantas lágrimas
 de tus ojos brotaron,
que se secó tu mente
y se quedó para siempre en blanco.

A un padre se le quiere madre…
pero tú, sin duda,
 serás siempre la más querida.
Porque el amor de una madre es tan grande
¡Que no tiene medida!

Elda 29 de Enero de 2018
Jesús Gandía Núñez


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