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INTIMIDADES AL TRINITARIO
¡Ay! Trinitario amigo,
¿Pero en qué pozo habré caído?
para verlo todo tan tenebroso.
Yo que trotaba sin ver
obstáculos,
que subía y bajaba como el
corzo,
y no tenían límite mis piernas.
Que gustaba de ver el vuelo del
buitre,
por altas cornisas y roquedos,
y al jabalí, por el matorral
más espeso.
Tengo que conformarme ahora
con acercarme a tu arboleda
con un titánico esfuerzo.
Apenas he podido llegar al
primer banco,
y aquí estoy descansando,
consciente de que estoy muy
tocado.
Todavía con rabia y con genio
intentaré llegar a la charca,
por ver si la última lluvia le
ha beneficiado.
Y haré otro descanso en el banco
de piedra,
¡Caray! Eso que oigo… ¿Es una
rana que croa?
Señal que la lluvia cumplió su
propósito.
Viendo que son las 7 y cuarto
y tengo que estar a las 8 de
regreso,
me queda el tiempo justo, para
dar la vuelta.
Así que me despido por hoy
Trinitario;
no sé cuándo volveremos a
vernos
pero lo intentaré antes del
verano.
Elda 11 Junio 2020
Jesús Gandia Núñez
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.
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