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DESDE LA ÓPTICA DE UN CABALLITO DE MAR
Hoy mi mente se sumerge en aguas profundas.
Abismos emocionales donde la oscuridad te ciega,
Y aunque mis ojos se adaptan a ver entre tinieblas,
no por ello paso desapercibido del pez espada,
del atún enorme o del calamar gigante que vigilan.
Siempre hay alguien pendiente en la negrura,
atento a nuestros errores, codiciando bocadito de seda;
pero soy un simple caballito de mar que curiosea
las maravillas marinas, antes de que desaparezcan,
y me vea enredado entre plásticos y mascarillas.
No se quien podrá atender mi moribunda súplica.
Dudo que alguien se haga cargo y de solución concreta,
a esta costumbre de esconder en el agua la basura.
Pero cuanto más se habla menos se soluciona;
y soy un caballito testarudo que no desiste,
o ponemos freno a la suciedad de los mares
o pronto me convertiré en una rata asquerosa.
No me gustaría tener que moverme entre cloacas
y que las caracolas se transformen en fantasmas,
las estrellas de mar en madejas de celulosa
y las algas verdes en volcánicas cenizas.
Pongamos soluciones antes de que el mar se pierda
y pensemos en productos como la hierba,
que tras cumplir su objetivo se desintegra.
San Juan 30 Junio 2020
Jesús Gandía Núñez
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.
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