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EL
CUENTO DEL PÁJARO Y LA TORTUGA
Cayó
del nido un polluelo de estornino.
vagó
por el bosque buscando recursos,
y
sintiéndose solo y desamparado
se
unió a una tortuga que había en el suelo.
Tan
solo se entendían por gestos,
cuando
el polluelo ponía cara de tristeza,
la
tortuga lo acariciaba con su mano delantera
y
eso al estornino lo estimulaba y lo calmaba.
Si
algún peligro existía,
con
su caparazón lo cubría
y
ella se encogía bajo su casa,
quedando
los dos fuera de amenazas.
La
pequeña ave comía donde la tortuga,
pues
había insectos entre las hierbas que removía
y de eso se alimentó mientras crecía,
hasta
que un día, al mover las alas ¡Vio que volaba!
El
estornino se volvió completamente loco,
giraba
y giraba alrededor de doña tortuga,
como
un molino de viento de la Mancha,
trinando
sin parar de tanta alegría.
Intuyendo
la sabia tortuga que no andaban lejos del nido,
pues
su paso era de corto recorrido,
se
dio la vuelta y regresaron por el mismo camino
hasta
que llegaron al árbol del estornino.
Allí
el pequeño voló hasta llegar al nido
y
aunque no había nadie, insistió en su trino,
hasta
conseguir que su madre volviera
y
entonces se produjo un efusivo aleteo de alegría.
Y
la tortuga con lágrimas en los ojos
se
despidió de los estorninos
elevando
al cielo su mano delantera
y asintiendo con benevolencia con su cabeza.
Elda
10 Julio 2020
Jesús
Gandía Núñez
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