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EL YIN Y EL YANG
Siempre esperando
acontecimientos,
como si la vida
fuera una montaña rusa,
lo mismo me llena
de momentos inciertos
que me convierte
en una atractiva marmota.
Lo mejor es vivir
el día a día
sin que nadie me
dirija,
ni intentar
adivinar el futuro
hasta que por fin
se cumpla.
¿Cuántas veces
forjamos un objetivo
que es imposible
cumplirlo?
No porque no le
pongamos empeño
si no, porque nos
gafa el destino.
Así que a vivir
que son cuatro vinos
dos para brindar
caricias y besos
y otros dos
regalando lágrimas
por los surcos de
mis arrugas.
Pero siempre
habrá un homenaje,
entre lo triste
malo y lo bueno correcto,
para saborear los
mejores instantes
que viví en
mágicos momentos.
San Juan 20 Julio
2020
Jesús Gandía
Núñez
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