1412
“Érase un hombre a una nariz pegado”
Partiendo de ese conocido poema de Francisco de Quevedo.
ASÍ TERMINAREMOS EL 2020
Érase un tanatorio
sembrado de cadáveres,
una funeraria
desbordada de clientes,
un cementerio que
duplicó sus operarios
y ciudades donde
el miedo estaba instalado.
Pero se siguieron
celebrando las Navidades
con festejos a
escondidas,
sin apenas
precauciones
y con fiestas
masivas.
Érase un mundo en
precario,
donde las campanas
a muerto eran su sintonía;
pero al fin y al
cabo ¡Solo eran viejos los que morían!
y nadie admitía el
peligro que se cernía.
Fueron mutando los
virus
regateando a las
vacunas,
escapando a los científicos,
horadando la
resistencia humana.
Érase un trauma
global
que se extendió
del Antártico al Ártico
dejando un rastro
de miseria
y un miedo
superlativo.
Érase un
desconcierto total,
una desconfianza
mutua,
y un mirar para
otro sitio,
cuando los amigos
coincidían.
Y con estas circunstancias tan sombrías,
recibiremos el
próximo año,
encadenados al
invisible espectro
que nos tiene
esclavizados.
Elda 26 Diciembre
2020
Jesús Gandía Núñez
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario