2109
Ella
era sensible y discreta,
él,
un desalmado con careta,
que
fue minando su resistencia,
hasta
ganársela con sutileza.
La
joven hizo un gran esfuerzo
para
que su amor triunfara,
pero
siempre se estrellaba,
contra
un duro muro de piedra.
Él,
no era más que un sinvergüenza,
y
se aprovechaba, de la inocencia
de
aquella mujer bella y honesta,
a
la que continuamente engañaba.
Hasta
que un día,
se
armó de valor la muchacha,
y
le plantó cara,
pero
el embustero la engañó con nuevas promesas,
y
ella, muy enamorada, quedó satisfecha.
Como
en una tela de araña,
se
vio la joven enredada
en
una rueda de mentiras,
y aquella espera, se encargó de trastornarla.
Elda
2 abril 2022
Jesús
Gandía Núñez
No hay comentarios:
Publicar un comentario