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RABOSA,
ESPLÉNDIDA
Siguen
soltando agua
los
roquedos de la montaña,
brillan
como la plata
cuando
el sol los delata.
Los
senderos, húmedos y blandos,
como
si estuvieran alfombrados,
se
tornan en esbelta fantasía
si
los transitas con calma.
El
matorral, más que atractivo,
luce
el verde de su mejor vestido,
permitiendo
que lo acaricien mis manos
y
su aroma hechice mis sentidos.
Abril
nos regaló su primer día
con
un precioso azul en el cielo,
que
no veíamos desde hace tiempo
y
la avanzadilla de espárragos
comienza
a despuntar sus tallos.
Florecen,
tímidamente,
las
primeras flores amarillas,
y
convierten al monte
en
un lienzo de lujuria.
Elda
1 abril 2022
Jesús
Gandía Núñez
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