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UNA
BOMBA INSOSPECHADA
Esta
mañana me levanté con buen talante,
inicié
mi paseo matinal, como de costumbre,
disfrutando
de una conversación agradable,
y
cuando más satisfecho me encontraba,
porque
el día era tan espléndido y radiante,
que
parecía discurrir por un jardín de fantasía,
me
cayó, sin esperarla, una bomba encima.
Y
a lo acontecido me remito:
Adelantaba
yo, a un señor muy mayor, al que conocía,
e
intenté saludarlo, llamándolo por su apodo,
sin
ninguna intención ofensiva,
él,
se volvió, mirándome muy serio,
se
encaró diciéndome su nombre y sus apellidos
y
a continuación –para servir a Dios, pero no a usted,
¡Mal
educado, mal nacido!-
le
pedí mil disculpas y le dije:
-
no ha sido mi intención ofenderlo, le confundí, lo siento… –
Continué
mi camino, mientras el señor, siguió bombardeando;
No
es que me sienta enfadado, porque su edad lo disculpa,
quizás
mi actitud al llamarlo por su mote, no fue la más idónea,
pero
si me he dado cuenta, de lo fácil que se inicia un conflicto,
y
te lo puedes encontrar en cualquier circunstancia de la vida,
o
en el jardín mejor cuidado y más florido.
Discúlpenme
si a alguien he molestado.
Elda
25 abril 2022
Jesús
Gandía Núñez
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