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EL BARÓMETRO DE ELDA
(Cuando Camara se enoja, Elda se
moja)
Por los altos roquedos de Camara
sobrevuelan grandes nubarrones
y en Elda cuando lo percibimos
damos la lluvia por asegurada.
Conocemos Camara, por ese dicho,
y la mayoría de los eldenses,
olvidamos que en su ombría luce
un magnífico pinar Mediterráneo,
que es la envidia de vecinos y de extraños.
Más cosas tiene esta esbelta montaña,
que guarda en sus entrañas:
y entre ellas destaca
“El abrigo de la sangre”
pequeña cueva de pintura rupestre
que se puede ver, en ascenso y sobre el sendero.
También encontrarás en su cumbre,
cuando la consigas, con tu esfuerzo,
a San Bernardo encajonado en su metálica casita,
recibiéndote y dándote la bienvenida.
Pero la vedette de esta montaña,
es el sendero que la recorre dándole la vuelta;
en su Oeste “El arco de Baradá”,
semicírculo de roca a punto de quebrarse,
pero que yo le auguro todavía,
dos siglos más de vida, para irse al traste.
Y por último deciros,
que Camara tiene delante a su hijo pequeño,
se llama Marín y presenta paredes de ensueño,
que son la auténtica delicia,
para escaladores que nos visitan,
y sobre todo, para la formación,
de los jóvenes escaladores de nuestro Valle.
Elda 19 abril 2022-Jesús Gandía Núñez
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