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Tocando el cielo
Junto
a palmeras y dátiles
sucedió el evento.
Y
entre sentimientos
y
emociones brotaron los versos.
En
el huerto de Miguel Hernández,
se
produjo el milagro,
sonó
la guitarra de Antonio de la Rosa,
y
su voz envolvió con terciopelo
los
poemas del maestro.
Y
nosotros, entusiasmados,
a
la sombra de la parra
y
acompañados por el perfume del jazminero,
fuimos
declamando versos
ante
el olvidado pozo
y
la centenaria higuera,
que
desde lo alto,
contemplaba
henchida el encuentro
el
homenaje a su famoso poeta.
Cayó
la tarde y se rompió el encanto.
Y
salimos a un triste bar
del
viejo barrio,
para
equilibrar latidos
y
dar pausa al alborozo,
y
nos conformamos
con
un escaso alpiste
y
un refresco escaso.
Llegó
la noche y nos sumamos
a
la fiesta grande del barrio;
nos
convidaron a empanadillas,
a
patatas asadas,
a pastel de carne
y a otras tartas
a pastel de carne
y a otras tartas
que
engullimos con cerveza congelada.
Sonó
con estruendo la música
y
se bailó con alegría y salero;
despidiéndonos
agradecidos
de
estos Oriolanos con tan buena guisa.
Nos apuntamosa la ruta Hernandiana,
sumiéndonos
de nuevo
en
la magia del teatro versificado
.
.
El
grupo Expresión de Orihuela
nos
fue mostrando con su arte
los
lugares carismáticos de su tierra.
Terminando
el encuentro
con
la catedral al fondo
y
la augusta presencia del río Segura,
testigo
mudo y enogmático
del
ultimo baile de la fiesta.
Todavía
callejeamos sin ninguna prisa
impresionados
de la
espectacular
Orihuela.
Y
cuando, ya dábamos por cerrada la noche,
Apareció
bajo el campanario de la catedral
Miki, personaje muy corrido.
Miki, personaje muy corrido.
Nos invitó a su
bar “Ven y vente" ¡y fuímos!
y
fuimos desde luego;
y como se empeñó ,
volvimos a cenar:
almejas
a la marinera,
cogollitos
de lechuga con anchoas,
frescura
de tomatitos cherri,
ensaladilla
asalmonada
y
croquetas de boletus
inyectados
de mahonesa;
y
como despedida
batido
de sorbete de cava.
Gracias
Miki, por ser tan peculiar,
y
con tu gracejo,dinamitar la última traca.
Ya
era de madrugada
y
aunque la noche acompañaba
tuvimos
que dar por terminada
tan
sublime y larga jornada.
Siempre
nos quedará en el recuerdo,
el embrujo de Miguel y su huerto,
la
guitarra y la voz
de
Antonio de la Rosa en concierto
la
generosa gente del barrio Viejo,
los
actores del grupo Expreso
y
¿cómo no?
Miki
y su amable gracejo.
Elda
30 Septiembre 2018
Jesús
Gandía Núñez
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