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La historia se
repite
(a
mis compañeros de G.P.)
Os
voy a contar una historia
que ocurrió hace muchos años,
cuando
los animales eran libres
y
se unían por familias.
Había
una especie de comuna, como las de ahora,
regida por gallos y gallinas.
Vivían
muy felices y en sintonía;
cada
gallo cantaba lo que le apetecía.
Pero
llegó un gallo a la comuna,
discreto y de gran valía;
tenía
un especial canto y sabiduría,
y
propuso a la comuna elevar su prestigio
con
un gran coro que la representaría.
Todos
aplaudieron su propuesta;
y
pronto se armó la algarabía.
Cuando
el nuevo gallo y sus ayudantes
intentaron
dar orden al concierto
se
escucharon cantos disconformes:
“que si yo quiero que mi canto sea más
largo”
“que si yo quiero estar en el pedestal más
alto”
“que si mis plumas necesitan aire fresco”
“que si yo quiero cantar con el sombrero
puesto”
En
fin que la espontaneidad y la alegría
que
antes de organizar el concierto
existía en la comuna,
se
fue convirtiendo en un cruce de despropósitos,
que
alarmaron a los gestores del evento.
Cuentan
en los viejos libros,
que
a punto estuvo de ser un desastre,
pero
al final imperó la cordura,
que
el concierto fue muy bello
y
todos brillaron a gran altura;
Y
eso me da pie a seguir apostando,
si
todos cedemos en algo,
por una Obra primorosa;
donde
nada haya que envidiar
del
concierto de gallos y gallinas.
Elda
28 Septiembre 2018
Jesús
Gandía Núñez
(Es
tan sólo un cuento basado en una reflexión muy acertada de Octavio Jover, y
pido mil disculpas por si alguien se siente ofendido, mi única intención es
hacer piña, y que retorne el compromiso por la buena sintonía)
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