La
noche le dijo al día:
si
no fuera por el descanso
que
yo ofrezco, el mundo se pararía.
Y
el día le contesta:
sin
mi luz nada crecería,
y
el mundo moriría de hambre.
En
eso se acercó Neptuno
dios
de los mares y terció:
dad
gracias que yo controlo el agua,
porque
si esta desbordara
los profundos mares,
el
planeta arrasaría,
y
de nada servirían la noche y el día.
Y
el sol que oyó tal bravuconería
salió
al paso con mal genio:
si
no fuera por mis rayos
ni
habría noche ni día
y
las tinieblas cegarían
al dios Neptuno y su séquito de mares;
que
lamentarían tan grave tragedia.
Y
ante tal discusión
sentenció el Juez del Universo:
cada
uno lleváis vuestras razones,
pero
unas sin las otras
son
banales contradicciones;
que
sin embargo sumadas
aportan beneficios espectaculares.
Moraleja:
Las
contradicciones y discrepancias,
suelen
tener casi siempre,
una
común base
de
razones complementarias.
¡Sólo
hay que encontrarlas!
Elda
16 Septiembre 2018
Jesús
Gandía Núñez
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.
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