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AGRADECIDO BALANCE
Una mañana temprano,
antes de que el sol saliera,
cargué de ilusiones mi carro
aparejé con esmero mi caballo,
lo adorné con mis mejores galas
y partí hacia un lugar lejano.
Atravesé valles y montañas,
ríos y llanuras solitarias,
ciudades, todas poco habitables,
hasta que una noche de luna
llena
vi como se deslizaba una
estrella,
cabalgué con prisa hacia ella
y tropecé con el amor de mi
vida.
Cuando en mi carro no quedaban
ilusiones,
cuando ya la esperanza tenía
perdida,
fueron tu cuerpo y tú alma
quienes me devolvieron la
armonía
y los designios del destino
los que unieron nuestras vidas.
Ahora tras 50 años de
convivencia,
tras superar numerosos
imponderables
y vencer abismos inimaginables,
es momento de agradecer a quien
corresponda
la felicidad y bondades
recibidas
con la mejor de mis sonrisas.
Elda 28 Agosto 2020
Jesús Gandía Núñez
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