1276
EL PREMIO GORDO
(No me tocó a mí, pero cayó muy cerca)
Como no tienes hábito de jugar a la lotería,
tampoco esperas que te toque ningún premio,
pero mira por donde sin pedirlo ni desearlo,
un día te toca un premio sonado.
Has comido con suficiencia, y te ves opulento,
pero cuando llega la noche empieza la molestia;
primero un rumorcito, luego un ansia tremenda,
y por fin inevitablemente la vomitera.
Noche nefasta, llena de auténtica angustia,
insoportable el dolor que te asedia,
no pasan las horas... te desesperas,
por fin aclara el día y decides ir a urgencias.
Tras interminables horas de pruebas,
te dan de sopetón la “buena noticia"
“Señor ha sido usted agraciado con un premio
le vamos a intervenir de perforación de
vesícula”
Te quedas inmovilizado y con un sopor que te
estrangula,
¿Cómo es posible, si yo me encontraba perfecto,
si yo no me he visto jamás en este aprieto?
Y aunque te niegas, los médicos te convencen.
Te conducen como a un ternero al quirófano,
te hacen, te deshacen y te degradan,
pero cuando te quieres dar cuenta,
te sedan y se te cierran los ojos
y le estás pidiendo a Dios que te cuide y te
bendiga.
Elda 16 Agosto 2020
Jesús Gandía Núñez
No hay comentarios:
Publicar un comentario