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LAS TORPES PRISAS
Se torna la vida intensa
sin apenas darnos cuenta,
solo con el ritmo de la gente,
nos contagia y acelera.
Es preciso de vez en cuando
hacer una pequeña pausa,
rebobinar a dónde vamos
y de dónde partimos.
Ordenar un poco las ideas
y frenar esa inercia loca
que el frenesí de la vida
desarrolla y nos descarrila.
Parece que siempre nos falten horas,
porque jamás tenemos suficiente,
es la ambición tan embaucadora
que nos conduce a un estrés insostenible.
Si nuestro tiempo es limitado,
¿Por qué batallar por alargarlo?
y la existencia que vivamos
no la convirtamos en alocada carrera
Mejor de cuando en cuando
recapacitar y parar el ritmo de vida…
analizar opciones y captar nuevas ideas
para no errar por habernos dado prisa.
San Juan 8 Agosto 2020
Jesús Gandía Núñez
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