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LUNA Y SOL, DOS MAGOS SOBRE LAS AGUAS
No me quise
perder
la lucidez de una
luna llena,
que plácida se
miraba,
en el espejo de
las olas,
del mar donde
flotaba.
Un mar que se
contagió de la luna
y reflejó toda su
hermosura
haciendo que mi
mirada
se llenará de
lágrimas
ante tan
exuberante belleza.
Quedé dormido con
media sonrisa
y si la luna me
dejó tan linda huella,
no puedo menos
que mencionar
lo que me ofreció
el sol al despertarme.
¡Un cúmulo de
emociones sin medida!
Rayos de luz a
borbotones,
abriéndose paso
entre nubes que lo entorpecían,
avanzando al
lento ritmo de un reloj de arena,
desde el mismo
horizonte marino
hasta la altura
que dio luz al día.
Un regalo de los
dioses
que nos perdemos
por pereza;
el cuadro más
hermoso
que nos brinda la
naturaleza,
¿A quién no
hechizó alguna vez una amanecida?
San Juan 3
Septiembre 2020
Jesús Gandía
Núñez
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