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SIN DUDA, ACUDIRÉ
A TU RESCATE
Cuando arrecie tu
melancolía
y me miren tus
ojos con tristeza,
acariciaré con
suavidad tus mejillas
y secaré de tu
cara las lágrimas.
Cuando tu voz no
tenga fuerza
y apenas
pronuncies palabras,
serán mis labios
los que te mimen
con besos cálidos
de ternura.
Solo tendrás que
hacerme un gesto,
un pestañeo o una
mínima mueca
para que mi piel
se revolucione
y acuda presto
a tu ayuda.
Cuando ya no
creas en nada
y la nostalgia
cierre tus ojos
acudiré al
rescate con mi alma
y si llegara a
hacer falta…
mi corazón
latiría por ambos.
Si fuera
necesario y estuviera en mi mano,
te entregaría mi
sangre y mis venas
para que fluyera
en ti la alegría
y se hundieran en
el mar tus penas.
Elda 21
Septiembre 2020
Jesús Gandía
Núñez
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