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UN DESNUDO LIVIANO
Sobre un caballete lejano
traza el pintor a grandes
rasgos
la figura de una joven sobre
las rocas,
con los pies acariciados por
las olas
y encandilada por los rayos de
sol que la devoran.
Esa distancia entre el artista
y la figura
llenan al pintor de amargura
que quisiera destacar con
detalle su belleza,
y trazar con seguridad sus preciosas
curvas
que a esta distancia se
difuminan.
Pero más cercano no sería un cuadro de grandeza,
porque no cabrían en el lienzo
tantas bellezas,
se perderían, el azul del mar y
su espuma
y la hermosura salvaje de las
rocas
que mantienen la acometida de
las olas.
La lejanía permite la
naturalidad absoluta,
de la hermosa joven que se
broncea,
y la concentración del artista
que así no se permite una
mirada erótica,
pendiente de los colores
que mezcla en su paleta.
San Juan 11 Septiembre 2020
Jesús Gandía Núñez
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.
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