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DISCÍPULO APLICADO
Siempre serás la mágica musa,
que al acercarme a tu sombra
mis acciones se vuelvan confusas.
No me atrevo ni a abrir la boca,
y hasta contengo mi lujuria,
porque me siento poca cosa.
Es tu incitador movimiento,
el que me enciende y empuja
a este descarado atrevimiento.
Te dispararé mil disparates,
cerraré la puerta a las dudas,
dejaré que en el amor me instruyas
y en su infinidad de variantes.
No puedo perder tus huellas,
seguiré la dirección que me enseñas
con la luz de tus estrellas.
Y si es necesario que el amor repita,
porque no aprendí a la primera,
déjame que te diga … querida
“¡Repitámoslo hasta que aprenda!”
Elda 14 Febrero 2021
Jesús Gandía Núñez
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