1806
“Paseo
entre árboles y cielo,
los
árboles siguen fijos al suelo,
mi
mente discurre sin consuelo
desde
los cerros, hasta la estratosfera,
atropellando
historias y recuerdos,
sintonizando
complacida con mis sueños.
Una
extraña amapola amarilla,
suscita
en mi interior,
una
admiración infinita,
la
creo única y primorosa,
y
mensajera de buenos deseos.
En
su atalaya, las palomas emprenden vuelo,
pero
no me turba el eco de su aleteo,
yo
sigo abducido por el cielo,
y
mientras no se detenga el tiempo,
mi
mente acabará torturada por los sueños”.
Elda
21 Diciembre 2021
Jesús
Gandía Núñez
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