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sábado, 21 de mayo de 2022

LA COTORRA Y EL PEZ ESPADA

 

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LA COTORRA Y EL PEZ ESPADA

(Cuento basado en una leyenda Valenciana)

Recorría yo, esta mañana, el centro de la ciudad de Valencia. Cuando pude escuchar a un guía turístico, un comentario sobre la leyenda de las veletas del Mercado Central de Valencia. Tanto me llamó la atención la historia, que me quedé embelesado mirándolas, sentado en las escalinatas, enfrente de la fachada de la Iglesia de los Santos Juanes, y aluciné, porque en mi mente se reprodujo la siguiente conversación.

LA VELETA COTORRA, le estaba hablando A LA VELETA PEZ ESPADA y le decía lo siguiente:

-¡Queridísimo pez, de nariz alargada, acabo de escuchar el último chisme del Mercado ¿Quieres que te lo cuente?

-¡Déjate de historias amargas, amiga COTORRA, porque siempre te escucho murmuraciones que a lo mejor son falsas!

-Si me escuchas un momento con atención, a lo mejor, consigues que tu nariz tenga una medida lógica y adecuada en lugar de ese disparate de cohete. Porque puede que en alguna mascletá, se te pinche en ella algún petardo de pólvora, y saltes por los aires y lo difícil será que flotes sobre el agua, estando a tanta distancia del puerto.

-¡Déjame pesada! Siempre tienes que meter el dedo en la llaga. Pues no sabes que para mí la espada es muy necesaria para diferenciarme del resto de peces.

-Bueno, bueno, vamos al grano ¿Te cuento el chisme o no te lo cuento?

-¡Venga, suelta prenda y no me tengas en ascuas!

-Pues … escuché esta mañana a Florinda “la verdulera”, decir que “su hija Jacinta, se había echado un novio de alto nivel, y que con él, tendría el futuro asegurado”.

-¿No será uno rubio que trae todos los días un descapotable diferente?

-¡Justo, pez anclado en la veleta, de poca sesera, ¡Ese mismo!

-Pues arreglada está la Jacinta, porque a ese lo conozco yo, y es “guardacoches” del hotel Valencia y le va la marcha. A todas las engatusa con los coches, que lleva al lavadero por encargo del conserje del hotel.

-¡Pues eso no lo sabía yo, así que ahora mismo, lo largo por todo el mercado, para que se sepa y no siga engañando a la Jacinta.

-¡Oye, oye a mí no me vayas a meter en líos, que si se entera la Florinda me deja la nariz como a Pepeto, coge la sierra y me convierte en un pez vulgar y corriente.

-No te preocupes, se dice el pecado, pero no el pecador, ya verás como yo me las apaño y a ese cretino, entre todos, lo ahuyentamos del mercado.

-Amiga cotorra, tú siempre en tu línea, siendo la primera en dar las noticias, unas reales y otras puras mentiras. Lleva cuidado y no te corten a ti la lengua por cotilla.

 

Tras de mi, escucho un alboroto, que me hace volver a la realidad. Es otro grupo de turistas a los que llama la atención su guía, para explicarles la historia del “pardal” de la veleta que hay sobre la fachada de la Iglesia barroca de los Santos Juanes. Pero eso es otra historia que os contaré otro día.

Valencia 21 mayo 2022

Jesús Gandía Núñez

 

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