2139
LA
TERNURA SE CONTAGIA
Desde
mi mirador favorito observo:
cómo
la gente camina abstraída,
cada
persona en su pensamiento metida,
con
una intención, con una sabia idea,
o
simplemente cogiendo el aire que necesita
para
enfrentarse a sus diarios problemas.
Pero
cuando veo pasar a una señora mayor,
con un
carrito, con niño por toda bandera,
y
una sonrisa que ocupa toda la acera;
reconozco
ahí, la felicidad completa;
la
satisfacción de una abuela
orgullosa
de ese nieto al que pasea.
Necesitamos,
tan poquito, para esa paz interna,
que
con rodearnos de pura inocencia,
ésta
circula por nuestras venas
hasta
que contagia nuestro rostro
de
una placidez absoluta,
y
produce admirable sonrisa de oreja a oreja.
Elda
3 mayo 2022
Jesús
Gandía Núñez
No hay comentarios:
Publicar un comentario