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AL FINAL DE LA
CUESTA
Sigo subiendo la
larga cuesta;
como tuve algunos
tropezones,
que dificultaron
la marcha,
no me quedó más
remedio
que seguir lento,
como la tortuga.
Todavía no diviso
el final de la cuesta,
pero adivino que
está muy cerca,
y trato de
prepararme mentalmente,
para que la meta
no me sorprenda.
Cada vez que miro
atrás,
reconozco que no
puedo tener queja,
siempre la
felicidad fue mi compañera,
y yo me aproveché
de ella,
intentando
retenerla,
o con la
esperanza de encontrarla.
Así que seguiré
con la frente bien alta,
y mucha fe en
esta dura tarea,
pues después de
la difícil batalla,
que estoy seguro
me queda,
el premio será,
la rápida despedida.
San Juan 11 julio
2022
Jesús Gandía
Núñez
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