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PARA QUITARSE EL SOMBRERO
Siete de la tarde
y verano
más de treinta y
cinco grados
y en la senda del
Trinitario suena un repiqueteo,
creo que debe ser
Eusebio.
Camino, me acerco,
y lo compruebo,
ahí está con su
mazo, dando el callo,
con un sol que
abrasa,
y bajo la gorra un
pañuelo mojado.
Metro a metro lo
va allanando,
pero a pesar de
ser un trabajo ingrato,
el hombre no se
lamenta y sigue en el tajo,
hasta que consiga
suavizarlo.
Nadie le pagará el
trabajo,
lo hace por
voluntad propia,
para que a los
senderistas
les sea el
recorrido más grato.
Por lo menos yo,
le mando mi aplauso,
y toda mi
admiración para este voluntario,
que desde las tres
de la tarde
la salud se está
dejando
sobre las sendas
del Trinitario.
¡Va por ti
Eusebio!
de todos los andarines
que nos beneficiamos
de tu vocacional trabajo.
Pinar del Trinitario 29 julio 2022
Jesús Gandía Núñez
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