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CON LA VENIA DEL SEÑOR JUEZ
Hoy me sentí peor que un
delincuente;
fui citado de testigo para la
vista de un juicio,
por haber sido víctima de un
robo frecuente,
desvalijaron mi pequeña casa de
campo.
Mi gran error, desde luego, fue
denunciarlo.
He aprendido la lección
correspondiente,
y para otra vez no comunicaré
el descalabro,
me quedaré triste con la
soledad del asaltado.
¿Que por qué soy tan pesimista
con la justicia?,
pues os lo aclaro: llevo 3 viajes
a la guardia civil de Sax,
dos citaciones en Elda a los Juzgados
y hoy proceso por lo penal en los de Alicante.
Y aquí estoy perdiendo el
tiempo toda la mañana,
llegué a las 11 y media y a las
12 me informan
que los juicios van retrasados
y del mío no se sabe la hora,
que me arme de paciencia que va
despacio la primera causa.
Me siento, como Miguel
Hernández, preso y olvidado,
en esta cárcel de Benalúa donde
ocurrieron tragedias graves;
ahora la justicia continúa
condenando a inocentes
abandonándonos a la espera, entre
la malicia de estas paredes.
La antesala es como un
amplio patio de prisiones,
con cuatro sillas para cuatro
juicios penales;
paseamos de una punta a la otra
procurando no tropezarnos,
sin poder salir a la calle, porque te pueden llamar al instante.
Ya veremos si me desmayo, si no me dejan antes, tomar un buen caldo.
Alicante 26 Noviembre 2019
Jesús Gandía Núñez
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