964
LA CARICIA DE LA BORRASCA
Tras las lluvias de esta tarde
gris,
y en la encrucijada del otoño,
sonríen las plantas y la
siembra,
conscientes del beneficio de
este agua.
Brillarán las piedras sobre la
montaña,
el rocío reinará sobre la
hierba
y el suelo tendrá un especial
aroma
a tierra mojada, en cuanto
amanezca.
Los claveles del balcón lucen
de un rojo sangre
como el color de nuestra
bandera,
los geranios, como locos,
alardean
su granate subido de tono
y las campanillas descabalgan
su majestuoso azul por la
balconada
saludando a los viandantes que
pasean.
Qué agradecida es la naturaleza
que con tan poco nos ofrece
tanta esencia.
Si todos veláramos por ella
la Tierra se vestiría de
transparencias
rocambolescas y el verde y el
azul
serían… la joya de nuestro
planeta.
Elda 22 Noviembre 2019
Jesús Gandía Núñez
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario