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LLEGÓ EL FRÍO
La tristeza de las frías tardes
a algunos nos coarta para salir
a la calle.
El aire y el frío se apoderan
de la voluntad de los que
tenemos canas.
Y no seré yo quien se revele
contra circunstancias otoñales,
pues quiero tanto a mi pellejo
como el águila poder batir sus
alas.
Así que, si a la tarde le place
que yo no salga, miraré por la
ventana,
que para eso mi vista si que me
alcanza
¡Y para ver!... puedo ver hasta
mis montañas.
Pero que no decaiga el ánimo
queridos,
que no todo tiene que ser sol y
castañas,
que para saborearlas hay que
pasar frío
además de cogerlas… y pelarlas.
Y si la dentadura no te
acompaña,
te conformas con un avance de
la Pascua;
unos trocitos de turrón blando
y una copita de mistela blanca.
Porque, a mí el tiempo no me amarga,
puedo pasar toda una tarde en
casa,
que para eso tengo siempre a
mano,
el sentido del humor que me
rescata.
Elda 11 Noviembre 2019
Jesús Gandía Núñez
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