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EL PERRO DE MI VECINO Y YO
Tenemos varias cosas en común,
él su terraza y yo la mía,
nos movemos dando vueltas todo
el día,
él sobre cuatro patas y el
andador son las mías.
Por lo menos tenemos buena
vista,
todas las montañas del valle
nos alivian,
el repiqueteo de campanas no
cesa,
pero ni él ni yo llegaremos a
misa.
Y esa es una de las penas que
tenemos ambos,
que nos tienen encerrados como
esclavos,
él se queja ladrando y yo me
consumó en la hoguera,
pues nos impiden el paso
puertas y candados.
Yo paso el tiempo con un libro
en las manos
y el perro de mi vecino
ladrando
a todo el que pasa por abajo.
Vaya Navidades más perras,
ni vino, ni turrón ni apenas
extras,
Mucho desatino y mucha campana
de la iglesia,
paños calientes y un sinfín
de pastillas.
Elda 25 Diciembre 2019
Jesús Gandía Núñez
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