1008
LA FANFARRONADA
Una bandada de palomas
callejeras,
aterrizan en la explanada del
mercado;
picotean los restos que se
encuentran,
mientras dos se suben a una
azotea
distantes de las otras, se dan
un pico,
y se miman ajenas y
apasionadas.
Cruzan la plaza una madre y su
hijo
él lleva de una mano un carro de la compra
y con la otra estira de la
anciana.
Las palomas se dispersan
picoteando
y la pareja sigue enamorada en
la azotea.
Corretean niños y niñas tras la
pelota,
cosa inaudita durante mi
infancia,
y un abuelo con muletas les
regaña,
advirtiéndoles que paren
mientras pasa.
Llega un jovenzuelo con moto
nueva,
y acelera dando caballitos y piruetas,
los peques asustados cogen la
pelota
y se apartan a toda prisa tras una farola.
Las palomas huyen en desbandada
y se les une la pareja enamorada.
El motero se siente admirado
y sigue con sus acrobacias;
hasta que se le acerca el padre
de un niño
para darle una buena
reprimenda.
Sale el motero soltando
palabrotas
con la moto a cien por hora;
pero al hacer un quiebro,
patina
y da con los huesos sobre la
baldosa.
Acuden a socorrerlo, el hijo de
la anciana,
el padre del pequeño y un señor
muy serio
que había asistido a la
fanfarronada.
Levantan al joven, quien se
lamenta
del estropicio de la moto
recién estrenada,
y aunque por vergüenza no le
brotan lágrimas
marcha cojeando y con la moto
destrozada.
Las palomas sobrevuelan al
muchacho
testigos mudos de la chulería y su fracaso.
Los jóvenes llevan la
ingenuidad con descaro
pensando que todo lo controlan…
hasta que se dan el porrazo.
Elda 30 Diciembre 2019
Jesús Gandía Núñez
No hay comentarios:
Publicar un comentario