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REPARTIENDO SUERTE COMO DOÑA MANOLITA
Ella era rubia, con mechones
claros,
y una sonrisa de oreja a oreja.
Ninguna otra con cara tan
bonita
sería capaz de desempeñar
su trabajo de enfermera
con la amabilidad que lo hacía
ella.
Mari Luz era quien recibía
a los asustados pacientes
que nos prestábamos a
intervención quirúrgica.
Tenía que prepararnos con
dulzura,
recopilar datos, tensión y
analítica,
para el buen resultado de la
carnicería.
Y viendo su profesionalidad,
y la seguridad con que se
desenvolvía
me llamó la atención que a
todos
los remitiera al cirujano
con la misma cantinela:
“Que vaya todo bien y tenga
mucha suerte"
No sé si se refería a que todos
jugábamos
un número de la lotería,
o es que el resultado de las
intervenciones,
dependía tan solo, de tener
suerte con el cirujano.
Manises 11 Diciembre 2019
Jesús Gandía Núñez
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