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TOMANDO PRECAUCIONES
He podido comprobar, por
casualidad,
la poca diferencia que hay
entre un delincuente habitual,
con gorrilla,
y un policía municipal a cierta
distancia.
Sobre todo cuando el que trata
de descifrarlos,
tiene como en mi caso, muchos
años y vista escasa.
Pues eso, que tienen el mismo
perfil,
joven, delgaducho, la gorrilla
y gafas oscuras;
y si están junto a un furgón
atravesado
hay que tener vista de lince
para distinguirlos.
Esto es la referencia de lo
desangelados que andamos,
y que somos carne de cordero en
el matadero;
porque cualquiera, a poco que
se lo proponga
te la puede dar con mortadela y
dejarte sin monedero.
Es cierto que la experiencia es
un grado,
pero ante las salvajadas que
ocurren a diario
no nos queda más remedio
que movernos por las calles
conocidas de nuestro barrio.
San Juan 18 Diciembre 2019
Jesús Gandía Núñez
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