1724
GRANDES
OLVIDADAS
Audaces
estatuas de bronce o mármol
adornan
nuestros jardines y plazas,
firmes
ante el continuo trasiego de ciudadanos
que
con indiferencia diaria, ante ellas pasan.
Estatuas
testigos de nuestro avance,
conocedoras
de cuanto acontece
y
mudas sombras presenciales
de
la historia pasada, que olvidamos.
Monumentos
inanimados
donde
las aves migratorias
dejan
marcada la huella de sus viajes,
permitiéndose en su vuelo un desahogo.
Efigies
de bronce o piedra que en silencio escuchan
a
los viejos, que sobre su pedestal charlan,
emulando
anécdotas y viejas batallas,
algunas
más antiguas que la misma estatua.
Inertes,
a los vientos y las inclemencias,
austeras,
aunque algo deterioradas,
a
pesar del menosprecio que les dedicamos
siguen
esbeltas y altivas haciendo guardia.
Elda
30 Septiembre 2021
Jesús
Gandía Núñez