1702
EL
VIENTO SE TE LLEVÓ COMO A UNA HOJA
Fue
un honor dormir bajo las mismas sábanas,
compartir
el calor de la almohada,
fundir
tus sueños con los míos
y
que el amanecer nos despertara.
Sigo
recordando tus abrazos,
tus
besos en la madrugada,
el
susurro de tu voz al Alba
y
la complicidad que nos unía.
Sentimientos
profundos,
ternura
infinita,
y
objetivos paralelos
que
se estrellaban contra nuestra culpa.
Todo
se vino abajo
cuando
desapareciste de mi vista,
quedé
petrificado entre los muros de la casa
esperando
que algún día regresaras.
Ahora
mi vida es monótona,
sin
aliciente que la reanime,
y
toda circunstancia me enoja,
porque
solo tú, eras quien me importabas.
Quedé
vacío entre el maldito éter
de
las ilusiones perdidas,
inmóvil
como una momia,
esclavo
de los recuerdos que aún me rondan.
Elda
10 Septiembre 2021
Jesús
Gandía Núñez
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