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Bella y luminosa
Te vi brillando en la noche,
Y me detuve en la estación de tus ojos;
recorrí tu iris con frenesí
y me subí a la curva de tus pestañas
para no perderme ni una sola de tus miradas.
Aspiré con vehemencia
el perfume de tu piel
y me inserte en ella
cautivo de tu aroma.
El latido de tu corazón
fue el hermoso sonido
que armonizó el tic-tac
de mis trasnochadas horas.
Era tu perfil tan bello
como el de una diosa
y yo osado y atrevido
me mezclé con tu sombra.
Cautivo sigo de tu luz
encadenado a tu persona;
esperando que tus besos
liberen mis ansias de amor locas.
Bella marejada que me balancea,
entre bancos de espesa niebla
y románticas olas;
sois testigos de la deriva
a la que me lleva
mi apasionada borrachera.
Apelo a que tu brillante luz
se haga cargo de mi barco
antes que esta precaria nave,
sin brújula ni timón,
sin brújula ni timón,
se hunda en el profundo océano.
Elda 15 de Noviembre de 2017
Jesús Gandía Núñez
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