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Cuerpo en la reserva
Tuve un grave descuido
y dejé abierto el ventanal
que guardaba mis emociones.
Oí un fuerte soplido
y volaron mis ilusiones;
y mis primarias fantasías.
Y dejó tocado y dolorido
a este cuerpo casi en la reserva.
Un huracán maligno
hizo añicos mis sueños
y con ellos mis motivaciones.
Ahora como palomas en desbandada
vuelan camino del infinito,
sin nadie que las detenga.
Este huracán de vértigo
me ha roto los esquemas;
cerraré con fuerza la ventana
y crearé ilusiones nuevas.
Olvidaré con paciencia mis deseos
resignado al destino que me espera;
hasta que amueble de nuevo mi cabeza.
Casi me vence la tristeza;
pero me aferro con garra,
a un folio en blanco
y lo lleno de motivaciones serias
por las que vale la pena,
seguir adelante con firmeza.
Y entre tanto, es mi deseo
que este cuerpo en la reserva
retome su ironía y su fuerza
y vuelva a ser por lo menos
la sombra de lo que era.
Elda 18 de Noviembre de 2017
Jesús Gandía Núñez
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