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Largo viaje
Las plácidas y otoñales lluvias
acabaron con la sequía veraniega.
Y se inicio un viaje alucinante
desde la alta sierra.
El agua corrió
por los prados
y fue formando grandes regueras ;
que unidas fueron arroyos,
hasta convertirse en un río precioso.
El nuevo río se coló por desfiladeros,
formó cascadas y azules pozas
y creó un microclima lleno de vida
cubriendo de verde ambas orillas.
Cuando el río perdió altura
formó meandros en el llano
y dejó de ser salvaje y puro
para convertirse pronto en río
urbano.
Sus riberas se vieron cementadas,
su cauce esclavo y hormigonado
y murió la bonita vida
que lucía hasta llegar al llano.
Sólo
le resta un triste último tramo
donde perderá todo su encanto
discurriendo gris y discreto
hasta desaparecer entre el barro.
Elda 23 de Noviembre de 2017
Jesús Gandía Núñez
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